La lista de Schlinder por Nacho Fernández
La lista de Schlinder
En España hay un proceso de regularización de inmigrantes. Cualquier persona que lleve más de dos años en nuestro país y pueda justificar un contrato de trabajo, tiene la oportunidad de conseguir sus papeles en regla.
Esta nueva situación les da derecho a tener más ventajas laborales y sociales, pertenecer a una sociedad en desarrollo y eludir la sombra de la deportación.
Mucha gente ayuda a estos trabajdores emigrantes para darles la cobertura legal que necesitan. Hay que rellenar papeles, pedir cita con la administración y tener a un amigo que quiera "contratar" a estas personas.
Estoy viviendo este proceso y confieso que está bien organizado al menos en Madrid. La espera ha sido nula, la atención exquisita y las facilidades por parte de los funcionarios -me confieso sorprendido - impecable. Me recuerda todo esto, y está muy lejos, a la película La lista de Schindler.
Rememorar la figura del benefactor empresario en la película de Spielberg, es reflexionar sobre el nuevo mundo y su organigrama social. Las complejas realidades que se darán cita en un horizonte de 20 años, clases sociales,
integración, movimientos emergentes... La "prisa social" será un nuevo concepto de aplicación: el desmantelamiento de una jerarquía familiar como está pensada ahora, la llegada de nuevos códigos de conducta, la implantación de otras creencias y credos, la disminución del "poder europeo blanco", creará desarrollos acelerados de integración social, de aquí el término "prisa social". Eso fue lo que ocurrió despues de terminar el período que narra la película. La caída del nazismo, el fin de la guerra, la devastación humana y la exigencia de la recuperación, dieron alas a una nueva forma de nacionalismo y de identidad social, sólo que en aquel tiempo la emigración procedía del continente.
La realidad que emerge después de este segundo gran conflicto armado mundial, es muy similar a la de ahora. Cuando acabó una guerra, los países se unieron para reflotar su economía, así nació la idea de Europa.
Hoy, después del conflicto de Irák, la Unión Europea se amplía con 10 nuevos países, como entonces sumando, y con un elemento muy novedoso, la incorporación de Turquía , un país islamico en los cimientos de la Vieja Europa. Se dota de un tratado constitucional y se encuentra entre los dos grandes gigantes globales de este siglo: China y EE.UU. Dentro de esta arquitectura mundial, el papel de las naciones es irrelevante por no hablar
del nacionalismo del siglo XIX en el que se basan las teórias de autoexclusión. Además, la transición de emigrantes va a ser capilar en distribución al no existir las fronteras en la Unión. Mucha gente cambiará de territorio, más gente se incorporará de otras naciones que sufren la pobreza o la tiranía, convegeremos en estados/mezcla donde el papel de los nuevos transeuropeos será muy importante.
Por eso es necesario que haya muchas listas de Schindler.
por Nacho Fernández
En España hay un proceso de regularización de inmigrantes. Cualquier persona que lleve más de dos años en nuestro país y pueda justificar un contrato de trabajo, tiene la oportunidad de conseguir sus papeles en regla.
Esta nueva situación les da derecho a tener más ventajas laborales y sociales, pertenecer a una sociedad en desarrollo y eludir la sombra de la deportación.
Mucha gente ayuda a estos trabajdores emigrantes para darles la cobertura legal que necesitan. Hay que rellenar papeles, pedir cita con la administración y tener a un amigo que quiera "contratar" a estas personas.
Estoy viviendo este proceso y confieso que está bien organizado al menos en Madrid. La espera ha sido nula, la atención exquisita y las facilidades por parte de los funcionarios -me confieso sorprendido - impecable. Me recuerda todo esto, y está muy lejos, a la película La lista de Schindler.
Rememorar la figura del benefactor empresario en la película de Spielberg, es reflexionar sobre el nuevo mundo y su organigrama social. Las complejas realidades que se darán cita en un horizonte de 20 años, clases sociales,
integración, movimientos emergentes... La "prisa social" será un nuevo concepto de aplicación: el desmantelamiento de una jerarquía familiar como está pensada ahora, la llegada de nuevos códigos de conducta, la implantación de otras creencias y credos, la disminución del "poder europeo blanco", creará desarrollos acelerados de integración social, de aquí el término "prisa social". Eso fue lo que ocurrió despues de terminar el período que narra la película. La caída del nazismo, el fin de la guerra, la devastación humana y la exigencia de la recuperación, dieron alas a una nueva forma de nacionalismo y de identidad social, sólo que en aquel tiempo la emigración procedía del continente.
La realidad que emerge después de este segundo gran conflicto armado mundial, es muy similar a la de ahora. Cuando acabó una guerra, los países se unieron para reflotar su economía, así nació la idea de Europa.
Hoy, después del conflicto de Irák, la Unión Europea se amplía con 10 nuevos países, como entonces sumando, y con un elemento muy novedoso, la incorporación de Turquía , un país islamico en los cimientos de la Vieja Europa. Se dota de un tratado constitucional y se encuentra entre los dos grandes gigantes globales de este siglo: China y EE.UU. Dentro de esta arquitectura mundial, el papel de las naciones es irrelevante por no hablar
del nacionalismo del siglo XIX en el que se basan las teórias de autoexclusión. Además, la transición de emigrantes va a ser capilar en distribución al no existir las fronteras en la Unión. Mucha gente cambiará de territorio, más gente se incorporará de otras naciones que sufren la pobreza o la tiranía, convegeremos en estados/mezcla donde el papel de los nuevos transeuropeos será muy importante.
Por eso es necesario que haya muchas listas de Schindler.
por Nacho Fernández
0 comentarios