Manifiesto de un grupo de creadores por una Cultura de Calidad.
Manifiesto de un grupo de creadores por una Cultura de Calidad. Firman:.Blanca Berasategui, Juan Bonilla, Ernesto Caballero, Jorge Herralde, José Antonio Marina, Rosa Olivares, Bernabé Sarabia, Mauricio Sotelo, Vicente Verdú, Sergio Vila-Sanjuan.
Un grupo de creadores y profesionales de la cultura, reunidos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, lejos de sumarnos al coro pusilánime de la cultura de la queja, manifestamos nuestro malestar con la situación en la que estamos inmersos.
La sociedad de nuestros días está marcada por la banalidad y la cultura de la diversión, así como por la hiperconcentración de las empresas culturales con degradantes criterios de rentabilidad.
-Consideramos que la cultura es una necesidad y un derecho inalienable de la sociedad y que debe ser apoyado a todos los niveles por la estructura del Estado, respetando el derecho a la libre creación, disfrute y distribución de la cultura en sus diferentes campos creativos.
-Es imprescindible la revisión de los valores educativos. Asistimos al profundo deterioro de la enseñanza y la docencia, desde la escuela hasta la universidad, ésta cada vez más ajena a su responsabilidad cultural. El gobierno debe tomar medidas para dignificar la figura del profesor, cuya actividad ha llegado a considerarse en nuestros días como trabajo basura.
-Resulta imprescindible la integración de las enseñanzas artísticas en todos los niveles educativos, para vigorizar así la calidad de la demanda cultural.
-Consideramos que la televisión es un problema de salud pública que también afecta a las cadenas privadas. Es urgente frenar el alarmante embrutecimiento de gran parte de la programación.
-Nos parece necesario que el gobierno mejore, de una vez por todas, la regulación fiscal que estimule a las empresas a patrocinar actividades culturales.
-Los centros culturales no pueden seguir siendo parte del aparato de propaganda de un gobierno. Es el momento de poner freno y control para que los responsables de nuestros centros de gestión cultural (museos, teatros, bibliotecas, orquestas, auditorios ) dejen de ser nombrados en función de los servicios políticos prestados, sin exigir la preparación profesional adecuada.
-La cultura es ya un sector relevante de la economía española: Es esencial encauzar esta energía para consolidar una industria que sirva de plataforma eficaz a la creatividad del país y sea capaz de difundirla internacionalmente.
-Los responsables políticos deben estimular el desarrollo de criterios de calidad para valorar cuestiones culturales que contrapesen de forma radical los criterios cuantitativos actualmente imperantes.
En definitiva, propugnamos la revalorización social del saber con el convencimiento de que la educación y la cultura son fuente de disfrute, libertad y felicidad. La cultura tiene que ser el signo principal de identidad y progreso de la sociedad española, y así debe ser respaldada enérgicamente por todos los poderes públicos".
Un grupo de creadores y profesionales de la cultura, reunidos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, lejos de sumarnos al coro pusilánime de la cultura de la queja, manifestamos nuestro malestar con la situación en la que estamos inmersos.
La sociedad de nuestros días está marcada por la banalidad y la cultura de la diversión, así como por la hiperconcentración de las empresas culturales con degradantes criterios de rentabilidad.
-Consideramos que la cultura es una necesidad y un derecho inalienable de la sociedad y que debe ser apoyado a todos los niveles por la estructura del Estado, respetando el derecho a la libre creación, disfrute y distribución de la cultura en sus diferentes campos creativos.
-Es imprescindible la revisión de los valores educativos. Asistimos al profundo deterioro de la enseñanza y la docencia, desde la escuela hasta la universidad, ésta cada vez más ajena a su responsabilidad cultural. El gobierno debe tomar medidas para dignificar la figura del profesor, cuya actividad ha llegado a considerarse en nuestros días como trabajo basura.
-Resulta imprescindible la integración de las enseñanzas artísticas en todos los niveles educativos, para vigorizar así la calidad de la demanda cultural.
-Consideramos que la televisión es un problema de salud pública que también afecta a las cadenas privadas. Es urgente frenar el alarmante embrutecimiento de gran parte de la programación.
-Nos parece necesario que el gobierno mejore, de una vez por todas, la regulación fiscal que estimule a las empresas a patrocinar actividades culturales.
-Los centros culturales no pueden seguir siendo parte del aparato de propaganda de un gobierno. Es el momento de poner freno y control para que los responsables de nuestros centros de gestión cultural (museos, teatros, bibliotecas, orquestas, auditorios ) dejen de ser nombrados en función de los servicios políticos prestados, sin exigir la preparación profesional adecuada.
-La cultura es ya un sector relevante de la economía española: Es esencial encauzar esta energía para consolidar una industria que sirva de plataforma eficaz a la creatividad del país y sea capaz de difundirla internacionalmente.
-Los responsables políticos deben estimular el desarrollo de criterios de calidad para valorar cuestiones culturales que contrapesen de forma radical los criterios cuantitativos actualmente imperantes.
En definitiva, propugnamos la revalorización social del saber con el convencimiento de que la educación y la cultura son fuente de disfrute, libertad y felicidad. La cultura tiene que ser el signo principal de identidad y progreso de la sociedad española, y así debe ser respaldada enérgicamente por todos los poderes públicos".