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Más sobre Ignacio Echevarría que abandona BABELIA por su CARTA ABIERTA

El Blog de Arcadi Espada uno de los más influyentes en España

Arcadi Espada, no es un cualquiera en nuestro país, periodista, escritor, blogsero...Escribe en el Blog su actitud y su posicionamiento en el tema del critico de EL PAIS Ignacio Echevarría. Pone su influyente Bitacora -visitado por miles de internautas - en posicion hacia no se sabe donde. Léanlo.

Publicado por Arcadi Espada el 10/12/04
en http://www.arcadi.espasa.com/

El caso de Ignacio Echevarría. El periódico como una voz. Ya se encargará el kiosco de la suma de voces. Hay algo indiscutible en su carta: cada seis meses (circa) de los catorce años que ha pasado en El País escribía una crítica de esas características. No he leído el libro de Atxaga. Me basta con saber lo que dice de los osos o eso de que la vida es lo más grande. En cualquier caso, la crítica de Echevarría encaja perfectamente con las críticas de Echevarría y muchos de sus argumentos se sustentan in texto. ¿Entonces? Sí, es un libro de Alfaguara. Pero no cabe exagerar el impacto de una crítica literaria negativa. Sólo son decisivas cuando el autor vende quinientos ejemplares de media. Eso lo saben los periodistas, los editores y, desde luego, el propio Echevarría. En este caso, además, hay un dato relevante: Alfaguara ha vendido más ejemplares de los previstos de este libro. Sobre todo en el País Vasco. Entre otras razones por la crítica de Echevarría y la habitual lectura resistencial que los nacionalismos hacen de la crítica. O sea que por ese lado, bien. ¿La política? Echevarría es un crítico literario. Importante y experimentado. Pero parece un pelo abusivo señalarle como boicoteador de “los nuevos tiempos”. Las alusiones políticas de su crítica son más bien morales y recalan en algunas frases sobre el terrorismo, y el impacto no meramente armado del terrorismo, que suscribe cualquier cabeza. En El País hay opiniones diferentes sobre el entendimiento con los nacionalistas vascos. Cebrián y Savater han discutido públicamente de ello: no creo que Echevarría tenga que pagar los platos de esa fractura, que por otro lado tiene una dimensión ética, política, cultural, generacional de la máxima importancia. El problema, aparente, parece haberse situado del lado de una singular exigencia de coherencia. A la novela de Atxaga se le dedicó la portada y varias páginas del suplemento Babelia. Fue en ese contexto donde apareció la crítica de Echevarría. Que apareció, desde luego. La pregunta se la trasladaron luego a María Luisa Blanco, la responsable de Babelia: ¿Por qué dedicamos tanto espacio a un libro que según tu crítico es una mierda? Es una pregunta peligrosa. En Babelia, como en cualquier suplemento, hay información y opinión literarias. Un libro puede ser un acontecimiento del que convenga informar, e incluso lujosamente, con independencia de su calidad. Y precisamente porque hay libros que son un acontecimiento los críticos se ocupan de ellos. Hasta donde mi vista alcanza no hay un sólo premio Planeta que haya recolectado críticas favorables. Los críticos insisten: por el acontecimiento. En ese reproche a la coherencia veo yo la sombra de una mala conciencia peculiar. Algo así como si se dijeran: ¿No ves que incluyendo una crítica tan destructiva desvelas que el despliegue en torno a ese libro no es más que una operación de propaganda, facilitada por las sinergias entre El País y Alfaguara? Comprendo la mala conciencia. Pero esa hipótesis no se cumple siempre. Ni en los premios Planeta, ni en El Código da Vinci, ni en decenas de casos. La cuestión fundamental que subyace a todo esto es si un diario debe tener marcas registradas aparte de la propia. Listas abiertas. Juan Luis Cebrián es un gran partidario de las listas abiertas. Yo también, perdonadme. Es decir, personas en cuyo criterio se confíe con independencia del grado de adhesión que en un momento u otro puedan tener respecto al discurso central del periódico. Una cierta inmoralidad dominante llama a eso coartadas. Prefiero el término ejemplos. Menos policial.

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