Yo, Bobo por Nacho
Si Asimov levantara la cabeza fliparia a colores, pero eso si naturales. Se ha estrenado la pelicula Yo, Robot en España . Para el veranito y los chavales desocupados del cole es un motivo para ir con ellos al cine. Lo que seria un buen experimento de introduccion de la literatura de Ciencia Ficcion, se queda en un vacio pim,pam,pum de maquinitas contra negros. Si, digo negros porque resulta que los polis de la cinta al menos los jefes son negros y el malo, ojo al detalle, es un blanco con trajes de Adolfo Dominguez. Este cambio de papeles es bueno porque da la vuelta al calcetin de la mala prensa que tienen los negros como delincuentes aunque esten vestidos de Papa Noel. Por eso Smith lleva salvando al mundo tanto tiempo y en tantas pelicula. En esta ocasion tambien lo consigue, aunque de una forma mas boba. La peli no es mas que un culebron policiaco solo que con mas efecto especiales y mas hojalata brillante por fotograma cuadrado. Cierto que de haber adaptado el texto original hubiese acarreado problemas de incompresion y desvelo a los infantes, pero algunas historias estan para no ser tocadas, de hecho solo de pasada se menciona la obra literaria en los titulos de credito. Lo que vale es el guion verdad Hollywood?, las ideas no cuentan. Los chavales salen disparando sus latas de cocacola del cine. Por una vez los robot tenian razon. Un quinceañero salido -si sexualmente- en un momento del pastiche recrimina a uno de los armatostes metalicos "pero donde estan nuestros derechos civiles" para atragantarse con las palomitas, esto es lo mas politico del film. A destacar la ausencia de banderas americanas, de pizzas y de fumadores. El gran ganador de la peli es Audi, la marca de coches sale como la gran vencedora de un mundo tecnificado con coches irrompibles. En un mundo comodo -porque no decirlo- los pobre simios metalicos hacen lo mas chungo: llevan perritos de paseo, lavan, reparten paquetes y devuelven bolsos. Yo, Robot es una peli mas del monton, preciosista y donde los malos -en este caso la mala- una computadora virtual, aparece y desaparece como Hudini. Pero lo patetico no acaba ahi, el final de la cinta es un misterio que ni Paco Lobaton se atreveria con el. Un humanizado androide metrosexual encaramado en una colina desertica mira al horizonte desafiando y miles de hinchas metalicos reconvertidos en pastores de la nueva religion terminan mirandole como si esperaran una orden.Nos jugamos algo ha que hay una segunda entrega de Yo, Bobo?. Fijo.
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