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“Algunas claves de la deriva -o no- peruana” por Nacho Fernández

“Algunas claves de la deriva -o no- peruana” por Nacho Fernández

Perú vive uno de los momentos más importantes de sus historia cómo nación. El proceso constituyente de la República es aun incierto, digo constituyente porque el país sufrió una severa guerra  civil económica en los años del aprismo y una segunda guerra civil de carácter bélico con el fujimorismo.  La tercera transición que era el gobierno de Toledo se quedó en un prólogo de este nuevo proceso constituyente que debería ser definitivo según los pronósticos que daban las encuestas para la modernización del país. Reconociendo que era a través de la vertiente más liberal y con el aliciente que lo representaba una mujer. Sin duda cambio distinto. Después de las elecciones tiene todos los ingredientes de ser un país a la deriva.


 ‘¿En qué momento se jodió el Perú?’, podría ser de nuevo el titular de esta crónica anunciada. Desde mi distancia cómo observador de este proceso de un país que amo, son tres factores los que analizo para entender el porqué de esta deriva política en un territorio que ha dado sociedades  complejas y arrítmicas. Quizás algo de culpa tengamos  los que fuimos con el traje de acero, el caballo y la cruz. Pero ese pasado hoy, ya no nos pertenece para bien o para mal ni a ellos ni a nosotros. Desde mi opinión hay tres puntos que han llevado a la situación en la que se encuentra el pueblo –llamarlo sociedad sería muy complejo- peruano. 


El voto obligatorio


Este sistema de mordaza electoral en el que se obliga al voto produce fenómenos políticos de difícil compresión desde Europa. Tengo que votar porque si no me multan. El voto pasa a ser una mercancía, no un derecho. Si soy pobre voto desesperado, voto antisistema, voto desestabilización, no tengo nada que perder. Si soy rico, voto lo conocido, lo que me seguirá aportando riqueza, lo que conozco. Bendita clase media, bendita Ilustración que es el sustento del reparto de la riqueza y de la pobreza en Europa, es decir de la igualdad entendámosla como queramos. Al caribe – El siglo de las luces, Alejo Carpentier- sólo llego la guillotina pero no los Derechos del Hombre.


El voto obligatorio decanta la participación a polos de radicalización en los discursos -“la candidata de los ricos” “la olla de los pobres”- y del electorado.  Dos sociedades, dos mundos, dos visiones opuestas, dos choques de culturas. El votante cree que con sólo acercarse a la urna ya tiene derechos adquiridos para pedir necesidades básicas. Creo que allí - pese a lo que se dice- se confía mucho en los políticos cómo destino de las demandas constitucionales. Son la base del sistema, pero no los son todo dentro de él.


La dispersión del voto reflexivo


Algunos ciudadanos tanto de dentro como de fuera de su país, que leen la prensa digital para saber como va su territorio, se informan del estado de la nación a través de sus familiares y amigos, conocen los programas y se interesan intelectualmente por profundizar  y reflexionar sobre los distintos candidatos… Son una masa crítica muy especial pero su voto de calidad es igual al voto de cantidad. Democracia universal e insustituible “un hombre un voto”.

Este voto ha existido dentro y fuera de Perú. Este voto ha divido las opciones de mayor representatividad a la candidata Flores. Ahora los de fuera y los dentro ante el resultado final de las elecciones piensa si su voto reflexivo hacia otros candidatos más moderados – caso del Paniagua- no habrá dado alas a los otros dos partidos que pueden llegar a gobernar el país. El voto útil se iba aplicar en la segunda vuelta, sólo que este voto por los acontecimientos que ahora conocemos - Ollanta y Alan pasan el corte-, este voto digo, es ya el azucarillo en el café con leche de un vaso lleno. Ahora el voto reflexivo no tiene donde ir. Es rehén de su propia convicción. Esta es su tragedia.


El voto en blanco


La fuerza emergente en Perú es sin duda el voto en blanco que con un 11,7% alcanza la cuarta posición en las preferencias de los votantes. Este millón y medio de personas que van a votar por el alma de los políticos abre una puerta a otra forma y otros valores de hacer política. Son ciudadanos comprometidos, esperanzados. El voto en blanco en Perú – en contra posición a lo que representa en Europa- es el voto menos antisistema. Desde mi punto de vista es el que representa el coraje cívico de los electores. Qué curioso y qué sorprendente es ese gran país.


La hora de la verdad


Si se confirman los pronósticos Humala y García se disputaran la presidencia de un país prácticamente en quiebra de valores políticos. El votante ha mirado hacia atrás en vez de mirar hacia delante. Aunque paradójicamente Humala representa “lo nuevo” el país ha decidido tener un nuevo caudillo con dos pilares: orden y valores, conceptos que el pueblo entiende puede ayudarle a salir de su particular crisis. Si vuelve Alan, el pueblo apostará por el mal menor, es decir, los votos de la candidata de los ricos ahora servirán para el candidato que la llamaba así, también parte del voto de reflexión llegará a su playa. Pero lo más interesante de esta segunda vuelta será ver que pasará con el voto en blanco. ¿Se imagina que alcanzara el primer puesto?. Este sí es apasionante país. Con todas las contradicciones de América Latina, con todos los deseos de pertenecer a las sociedades modernas europeas. No se pierdan el próximo capitulo.


Los datos
 
Elecciones Presidenciales 2006  - Oficina Nacional de Procesos Electorales - ONPE
Actualizado al 87.05 % de actas computadas- 11 de abril, 22:43 horas


OLLANTA HUMALA (UPP)     30.93 % …………………..votos: 3,401,440
ALAN GARCÍA (APRA)          24.51 %....................votos:
2,695,745
LOURDES FLORES (UN)       23.39 %....................votos:
2,572,352
VOTO EN BLANCO               11.705% ………………….votos: 1,503,466

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