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Santiago Ronca...que?????? por Nacho Fernández

Santiago Ronca...que?????? por Nacho Fernández

Santiago lleva una camiseta blanca y zapatillas rojas - 2/08/05

Apareció hace tres años por la tertulia de los miércoles, un amigo peruano Diego Salazar lo llevó hasta allí. Santiago estaba en Madrid en brazos de la samba brasileña y tenía 27 años.  De la tarberna La Cruzada nos fuimos a Tirso de Molina con Rodrigo, Miguel, Enrique, Julio...destino final más cervezas. Santiago Roncagliolo hablaba por los codos,  un peruano cien por cien, atravesado por la literatura vargasllosiana, bracycheniquera y ramonreyberiana. Un crak horneado en México, viajero y bohemio.

Aquél cabrón tenía estrella. Comentaba situaciones tan divertidas y elaborada teorías humanas tan sencillas, tan bien contadas, que cuando él hablaba los “muchachos” escuchaban encantados. Sabía que iría para arriba cuando un día encontré un cartelón con su careto a tamaño Chavez en campaña electoral en la FNAC y aguien dijo: a Santiaguito le ha  tocado la "polla".

Subió de los bronces, al cobre de ahí el salto a Prisa. Reportajes, entrevistas, colaboraciones. Un cazatalentos como Juan Cruz, asesorado por la magnifica persona y buen escritor Jorge Eduardo Benavides también de Lima, se había fijado en él.  Alfaguara va a marcar su destino como escritor.  Roncagliolo volaba  ya en primera.

Antes de irse a Barcelona hace un año compartimos escenario en una mesa que organice desde Literaturas.com que se llamaba “Nuevos narradores peruanos”. Aprovechamos el aluvión de excelentes escritores que se dieron cita en la Casa de América con motivo de un encuentro organizado por María Angeles Vázquez que conmemorada los “25 años de narrativa peruana”. El lugar elegido para la charla fue  Artepolis,  5 escritores de nuevo cuño daban sus opiniones sobre el momento de la literaturas en  su país. Uno de ellos era Santiago Roncagliolo, él llego tarde, pero logro subir al estrado cuando la tertulia estaba desarrollándose y se hizo un hueco entre los seleccionados. Roncagliolo sabe donde estar en cada momento.

Luego viajó a Barcelona, destino de mucho de los escritores peruanos buscando el calor editorial de la ciudad condal. Allí haciendo vida con Carlos Dávalos y Toño entre otros limeños que se buscaban la vida trabajando de cameros o periodistas de publicaciones latinas gratuitas, encontró un buen filón para escribir. Había pasado la promoción de Pudor su anterior novela y se disponía a fijar un nuevo texto para su próximo libro. Abril Rojo sería el titulo final del premio que acaba de lograr el Alfagura de novela 2006. Una carrera llena de éxitos y de aventuras personales.

El grupo Prisa le contrata para su nuevo portal de blog Boomerang, él es uno de los elegidos para que escriba todos los días su blog y vaya haciéndose un nombre en la Red. Toda una estrategia diseñada por el equipo de Alfaguara España. Viaja a Perú para hacer una serie de reportajes para el diario El País, desde allí vive la campaña electoral y retrata a los candidatos, la situación política dejaba por Fujimori, los últimos escarceos de Sendero Luminoso y entra en las tripas de la sociedad peruana con un estilo cinematográfico que atrapa al lector a su lectura. Es Santiago en estado puro.

Su obra aun en fase de maduración proyecta a un escritor que deberá dar muchas  alegrías a los lectores que le siguen. La temática de su literatura centrada en su país, deberá  dar un giro y apuntar nuevos mimbres narrativos para conseguir espacios de creación literaria que esperamos con impaciencia sus seguidores. .

Ayer le vi a través de la vídeo conferencia que la editorial había montado en su sede de Madrid – que se ofreció a todas sus delegaciones en América latina- donde se dio el fallo. Vi a un Santiago feliz, desenvuelto, dicharachero, ameno y campechano. Él no sabia o no percibía desde su casa con una webcam y en zapatillas que toda la plana mayor de Prisa con Jesús de Polanco a la cabeza, escritores que ya son historia en este país, más los oyentes de la cadena SER en España y Caracol en Colombia, digo él no sabía ni era consciente para la cantidad de gente a la que hablaba desde su apartamento en Barcelona, con tres personas más de la editorial y su novia. Él no estaba en aquél escaparate porque de haberlo estado conscientemente se hubiera asustado de la repercusión de sus palabras y el montón de gente gorda que le estaba escuchando. Santiago sigue escribiendo.

Santiago se ha roto una pierna y ahora ve la vida sentado en su silla de escribir todo el tiempo que quiera. Cuando todo este normal espero podamos tomarnos una cerveza o venga a la tertulia de los miércoles como la primera vez, con una sonrisa, unas zapatillas y unos ojos abiertos que van contando también las historias.

Por Nacho Fernandez 1 marzo 2006

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