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"Las contradicciones de Michael Moore" por Armando González

"Las contradicciones de Michael Moore" por Armando González

Llega esto por correo electrónico de un grupo de  de Noticias Literarias  de Yahoo. Pensad lo que queráis. No se lo que tiene que ver su vida privada con su cine, pero seguro alguien está echando la basura fuera del cubo. 

Las contradicciones de Michael Moore por ARMANDO GONZALEZ

Hace unas pocas semanas, la prestigiosa casa editora Doubleday sacó a la luz un libro titulado "Do as I Say, not as I Do" (Haz lo que yo digo, no lo que yo hago). El libro se ha situado rápidamente en el tope de las listas de ’’más vendidos’’ y es el número uno en Amazon.com. El autor de esta obra es el Dr. Peter Schweizer, académico investigador en The Hoover Institution, uno de los más prominentes centros de investigación social en el país.

Schweizer basó su investigación, que dio origen al libro, en las actividades privadas de negocios de once prominentes liberales entre los cuales se cuentan el Senador Ted Kennedy (D-MA), la congresista Nancy Pelosi (D-CA), la actriz y cantante Barbra Streisand y la figura que inspiró esta columna: el cineasta y activista de extrema izquierda Michael Moore. El principal logro de Schweizer ha sido el poner al descubierto las inmensas contradicciones, la enorme hipocresía de estos liberales de izquierda que predican una cosa en el micrófono y hacen lo opuesto en sus actividades privadas.

Michael Moore se ha vendido al público durante años como un miembro de la clase trabajadora, uno de ’’los de abajo’’ que denuncia los desmanes de ’’los poderosos’’, critica despiadadamente el sistema capitalista y se solidariza plenamente con los sindicatos obreros y los norteamericanos negros. Se ha vanagloriado en repetidas ocasiones de ’’no poseer acciones o bonos en el mercado de valores’’ y se ha declarado defensor de la ``acción afirmativa’’.

En su libro, Schweizer pulveriza cada una de estas aseveraciones y expone la enorme deshonestidad intelectual de este hipócrita. Moore no proviene de un hogar de ’’cuellos azules’’. Su padre era dueño de su casa, tenía dos automóviles, educó a sus cuatro hijos en escuelas católicas privadas y tres de ellos fueron estudiantes universitarios. Moore padre trabajó toda su vida para General Motors, jugaba golf casi diariamente en un club privado, tenía cuatro semanas de vacaciones y se retiró confortablemente a la edad de 53 años.

Cuando Michael Moore decidió interrumpir sus estudios universitarios y publicar un pequeño periódico, The Michigan Voice, no pasó estrecheces económicas como ha tratado de hacer creer. Aunque él nunca lo ha mencionado, su mecenas era John Stuart Mott, nieto de uno de los fundadores de General Motors y radical de izquierda, como Moore, que subsidió The Michigan Voice y alojaba a Moore, cuando estaba de visita en New York, en su lujoso penthouse en el Upper East Side.

Moore llegó a establecerse en New York hasta que, en vísperas de recibir millones de dólares en ganancias por uno de sus éxitos, Bowling for Columbine, estableció residencia en Michigan donde el impuesto estatal sobre la renta es 3.9 por ciento a diferencia del de New York, 7.7. Este defensor de los afroamericanos reside en el exclusivo enclave de Central Lake, Michigan donde, de acuerdo con el censo, viven 2,251 residentes, ninguno de los cuales es negro. De los 135 individuos que Moore ha contratado a través de su carrera de cineasta para la producción de sus películas, solamente tres son negros.

Este defensor de los sindicatos obreros lleva a cabo casi toda su actividad cinematográfica en Canadá, bien lejos de esos fuertes sindicatos obreros de Hollywood. Y, por último, este enemigo del sistema capitalista, este hipócrita que ’’no posee acciones ni bonos’’, cuenta con un extenso portafolio multimillonario administrado por un oficial de la firma Fleet Financial en el que se incluyen acciones en muchas de las compañías que Moore ha atacado despiadadamente en público: farmacéuticas como Pfizer y Merck, HMO’s como Pharmacia Corp. y Tenet Healthcare, petroleras como Sunoco y Noble Energy y, para colmo, Moore posee miles de acciones en industrias de defensa como Boeing, Honeywell, Loral y, para completar el cuadro, ¡Halliburton!

Quisiera tener más espacio porque hay mucho más material en la hipócrita vida de este personaje. Recuerden esto, mis queridos lectores, cuando Michael Moore vuelva a sus andadas políticas. Yo no sé ustedes, pero a mí se me hace la boca agua.

 

 

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