Cierra la Revista "Reseña" en España por Ismael Bermúdez
Ismael Bermúdez , el que fuera ultimo redactor jefe de la revista cultural española "Reseña" me envia un articulo para su publicacion en Literaturas.com
Lo haremos. Como considero de alto interes informativo las referencias al cierre de esta revista -llevaba 40 años publicandose-, creo que la noticia debe darse a conocer ahora. Aqui esta su punto de vista. Gracias Ismael.
Cuarenta años pueden no ser nada
por Ismael Bermúdez Exredactor jefe de la Revista Cultural Española "Reseña"
Cuando una revista como Reseña cierra después de cuarenta años de vida, la actividad cultural debería resentirse de alguna forma. Hoy día, da la sensación de que, sumergidos en una selva de intereses mediáticos y económicos, es más importante la buena marcha de los fuertes, que las bajas producidas en mitad del camino. Y sin necesidad de buscar las razones por las que los fuertes sobreviven, y no así los que realizan su labor desde la segunda línea, de manera callada aunque constante, cabe preguntarnos qué nivel cultural estamos manteniendo y hacia dónde nos lleva.
La revista Reseña surgió en el año 1964, fundada dentro del seno de la Compañía de Jesús por unos profesores de humanidades que pretendían habilitar un espacio en el que poder opinar sobre la realidad cultural del momento. Las circunstancias coyunturales, con la dictadura franquista y la censura, así como la escasez de medios de crítica cultural, justificaban la aparición de un espacio de opinión que no dependiera del régimen ni económica ni ideológicamente, a la vez que pretendía llenar un hueco demasiado grande. Su andadura comenzó y la rigurosidad de su trabajo la situaron muy pronto como referencia dentro del mundo de la literatura, el cine y el teatro. Sus fundadores, por encima de su pertenencia a una orden religiosa, abordaban los análisis desde un punto de vista ético-estético, atendiendo a la necesidad de explicitar los valores universales que nos ofrecen las grandes obras de todos los tiempos. Así, pronto entendieron la conveniencia de convocar en sus páginas a críticos, que no perteneciendo a la Compañía o no confesando una religiosidad militante, elevarían la calidad y pluralidad de las opiniones, finalidad última de Reseña.
Durante sus cuarenta años de existencia, estas características no han variado, manteniéndose fiel a sus principios fundacionales y adaptándose a los tiempos y a la evolución política y social, lo que le ha permitido llegar a un público exigente que no se regía por la comercialidad o los índices de recepción masivos; un público que era minoritario pero al que no le importaba pagar un poco más.
Sin embargo, y confirmando aquello que dicen de que cada época posee lo que se merece, la cruda realidad se ha impuesto, hasta el punto de que la propia Compañía de Jesús ha perdido de vista la finalidad necesaria de un medio como Reseña. Y esta decisión no significa tanto la falta o no de criterio de quien la toma, como que traduce una situación general más amplia en la que la cultura está inmersa hoy día. En varias ocasiones se han escuchado voces llamando a la resistencia cultural como única vía para el sostenimiento de aquellos productos que no se resignan y que piden agónicamente un resquicio, aunque sea mínimo, en un panorama en el que se ha perdido todo criterio valorativo serio y razonado.
Hoy día vivimos un momento de confusión extrema en el que importa más la fastuosidad y la apariencia que se consume en sí misma. Así, asistimos atónitos a eventos como el Fórum de las Culturas en Barcelona, presidido y casi justificado por una operación urbanística que reclama grandes inversiones de capital, mientras que las políticas culturales son relegadas a un segundo o tercer plano. A este estado de cosas, se unen también la fractura entre los centros de investigación, como las universidades, y la sociedad que consume los productos culturales, y la desnaturalización de la labor de mediación crítica que se lleva a cabo en los grandes grupos mayoritarios, marcados por intereses ajenos al arte.
Sin duda, habrá quien califique de extremas las opiniones esgrimidas en este artículo, pero, a poco que se profundice en el actual entramado cultural, se podrá apreciar la mercantilización predominante que surgió y corre paralela al proceso de desideologización que ha marcado la llamada transición democrática de nuestro país. Y la mercantilización, como bien se sabe, es incompatible con la reflexión serena y razonada que demanda un objeto artístico.
La revista Reseña atacó sin tapujos ni medias palabras ese proceso, no sólo desde sus páginas sino también desde los libros que se publicaron, La cultura española durante el franquismo (1939-1976) o Doce años de cultura española (1976- 1987), ofreciendo un balance claro y razonado. Por eso, el lector de Reseña, independientemente del acierto o desacierto de la opinión crítica, valoraba el esfuerzo honesto y libre, y el crítico agradecía disponer de un espacio en el que era posible expresar lo que realmente pensaba.
Ahora, carecemos de la distancia necesaria para valorar lo que supone el cierre de una revista como Reseña, cada vez más difíciles de encontrar. No obstante, y aunque la vida siga y la actividad cultural también, es fácil y doloroso analizar cómo continuamos ese templo tan longevo y hermoso, llamado arte humano universal. Inmersos en la sociedad del bienestar y del consumo, estamos creando una serie de productos perecederos y banales, y mientras predomine esta tendencia, los clásicos lo seguirán siendo y su legado también. Pero eso sí, siempre podremos consolarnos pensando que en la época de los grandes mecenazgos todo era más sencillo.
Ismael Bermúdez - ibermudez@auna.com
Exredactor jefe de la Revista Cultural "Reseña". Agosto 2004
Lo haremos. Como considero de alto interes informativo las referencias al cierre de esta revista -llevaba 40 años publicandose-, creo que la noticia debe darse a conocer ahora. Aqui esta su punto de vista. Gracias Ismael.
Cuarenta años pueden no ser nada
por Ismael Bermúdez Exredactor jefe de la Revista Cultural Española "Reseña"
Cuando una revista como Reseña cierra después de cuarenta años de vida, la actividad cultural debería resentirse de alguna forma. Hoy día, da la sensación de que, sumergidos en una selva de intereses mediáticos y económicos, es más importante la buena marcha de los fuertes, que las bajas producidas en mitad del camino. Y sin necesidad de buscar las razones por las que los fuertes sobreviven, y no así los que realizan su labor desde la segunda línea, de manera callada aunque constante, cabe preguntarnos qué nivel cultural estamos manteniendo y hacia dónde nos lleva.
La revista Reseña surgió en el año 1964, fundada dentro del seno de la Compañía de Jesús por unos profesores de humanidades que pretendían habilitar un espacio en el que poder opinar sobre la realidad cultural del momento. Las circunstancias coyunturales, con la dictadura franquista y la censura, así como la escasez de medios de crítica cultural, justificaban la aparición de un espacio de opinión que no dependiera del régimen ni económica ni ideológicamente, a la vez que pretendía llenar un hueco demasiado grande. Su andadura comenzó y la rigurosidad de su trabajo la situaron muy pronto como referencia dentro del mundo de la literatura, el cine y el teatro. Sus fundadores, por encima de su pertenencia a una orden religiosa, abordaban los análisis desde un punto de vista ético-estético, atendiendo a la necesidad de explicitar los valores universales que nos ofrecen las grandes obras de todos los tiempos. Así, pronto entendieron la conveniencia de convocar en sus páginas a críticos, que no perteneciendo a la Compañía o no confesando una religiosidad militante, elevarían la calidad y pluralidad de las opiniones, finalidad última de Reseña.
Durante sus cuarenta años de existencia, estas características no han variado, manteniéndose fiel a sus principios fundacionales y adaptándose a los tiempos y a la evolución política y social, lo que le ha permitido llegar a un público exigente que no se regía por la comercialidad o los índices de recepción masivos; un público que era minoritario pero al que no le importaba pagar un poco más.
Sin embargo, y confirmando aquello que dicen de que cada época posee lo que se merece, la cruda realidad se ha impuesto, hasta el punto de que la propia Compañía de Jesús ha perdido de vista la finalidad necesaria de un medio como Reseña. Y esta decisión no significa tanto la falta o no de criterio de quien la toma, como que traduce una situación general más amplia en la que la cultura está inmersa hoy día. En varias ocasiones se han escuchado voces llamando a la resistencia cultural como única vía para el sostenimiento de aquellos productos que no se resignan y que piden agónicamente un resquicio, aunque sea mínimo, en un panorama en el que se ha perdido todo criterio valorativo serio y razonado.
Hoy día vivimos un momento de confusión extrema en el que importa más la fastuosidad y la apariencia que se consume en sí misma. Así, asistimos atónitos a eventos como el Fórum de las Culturas en Barcelona, presidido y casi justificado por una operación urbanística que reclama grandes inversiones de capital, mientras que las políticas culturales son relegadas a un segundo o tercer plano. A este estado de cosas, se unen también la fractura entre los centros de investigación, como las universidades, y la sociedad que consume los productos culturales, y la desnaturalización de la labor de mediación crítica que se lleva a cabo en los grandes grupos mayoritarios, marcados por intereses ajenos al arte.
Sin duda, habrá quien califique de extremas las opiniones esgrimidas en este artículo, pero, a poco que se profundice en el actual entramado cultural, se podrá apreciar la mercantilización predominante que surgió y corre paralela al proceso de desideologización que ha marcado la llamada transición democrática de nuestro país. Y la mercantilización, como bien se sabe, es incompatible con la reflexión serena y razonada que demanda un objeto artístico.
La revista Reseña atacó sin tapujos ni medias palabras ese proceso, no sólo desde sus páginas sino también desde los libros que se publicaron, La cultura española durante el franquismo (1939-1976) o Doce años de cultura española (1976- 1987), ofreciendo un balance claro y razonado. Por eso, el lector de Reseña, independientemente del acierto o desacierto de la opinión crítica, valoraba el esfuerzo honesto y libre, y el crítico agradecía disponer de un espacio en el que era posible expresar lo que realmente pensaba.
Ahora, carecemos de la distancia necesaria para valorar lo que supone el cierre de una revista como Reseña, cada vez más difíciles de encontrar. No obstante, y aunque la vida siga y la actividad cultural también, es fácil y doloroso analizar cómo continuamos ese templo tan longevo y hermoso, llamado arte humano universal. Inmersos en la sociedad del bienestar y del consumo, estamos creando una serie de productos perecederos y banales, y mientras predomine esta tendencia, los clásicos lo seguirán siendo y su legado también. Pero eso sí, siempre podremos consolarnos pensando que en la época de los grandes mecenazgos todo era más sencillo.
Ismael Bermúdez - ibermudez@auna.com
Exredactor jefe de la Revista Cultural "Reseña". Agosto 2004
2 comentarios
J.J -
acuerdo con lo que argumenta de que la transición ha llevado aparejada una desideologización (jo, qué difícil de poner). Creo que la libertad de la
transición dió paso a una de las etapas culturalmente más plenas que hemos tenido, la famosa "movida", de donde surgieron cosas muy buenas en todos los campos (y si no, ahí tienen a Almodóvar, les guste o no, a mí sí). Y creo
que estamos quizá desideologizados (otra vez) en según qué campos. La
religión y la política son sitios en donde las ideologías parecen ser el
referente, pero creo que la verdadera ideología tiene que estar en cada persona, y hay muchas personas que la tienen. Creo que me estoy metiendo en el campo de la ética.
Claudia Contreras -
Lamento profundamente el cierre de la Revista Reseña, no solo por el efecto a nivel cultural, el cual muy acertadamente meciona Ismael imagino el efecto en las personas, me pregunto ¿Cuántos quedarón sin empleo?
la calidad de la revista y el tiempo en circulación habla mucho de la humano, la gente implicada en la producción, distribución, investigación, eso y lo que menciona en el articulo es lo lamentable de este suceso.